La necesidad de un control externo
Seguro que de todas y todos los que estáis leyendo esto son más que conocidas las principales dificultades de las personas con TDAH.
Sin lugar a dudas una de estas dificultades más significativas está relacionada con la planificación, la organización y la gestión del tiempo: tareas que no se realizan a tiempo, exámenes o entrega de trabajos de un día para otros, olvidos en el material necesario para la tarea, citas a las que no se acude, retrasos en reuniones o a las primeras horas de la jornada escolar …
Por todo ello algo que las personas con TDAH necesitamos es un “control externo” que puede estar representado tanto por una persona como por alguna aplicación de un dispositivo tecnológico
¿Qué es un control externo?
Digamos que es una persona, una aplicación, una herramienta o el conjunto de todo lo anterior que: avisa, guía, apoya y refuerza a la persona con TDAH en su día a día
¿Todos podemos ser control externo?
No.
Por mucho que lo deseemos no todos podemos ser control externo de una persona con TDAH, lo primero que hay que tener es buen vínculo y una buena relación con la persona, por ello un control externo puede ser una madre, un padre, un hermano, un familiar, una pareja, un amigo, un psicólogo, un profesor …
¿Cuál es la función de un control externo?
La función de un control externo es la de guiar, acompañar, recordar … y también la de no obligar, ni sobreproteger, dejando que los hechos de la persona con TDAH tengan sus consecuencias, puesto que esas consecuencias generalmente acabarán sirviendo de aprendizaje.
Después de estas explicaciones ya tenemos un poco más claro el término control externo y su importancia en las personas con TDAH, a continuación veremos diferentes tipos de control externo y su efectividad.
Tipos de control externo para personas con TDAH
Control externo Helicóptero: es un control externo que tiene un funcionamiento similar a los helicópteros de rescate, durante un tiempo está muy encima de la persona TDAH, recordándole constantemente que es lo que tiene que hacer, cuando lo tiene que hacer y porque lo tiene que hacer. Después desaparece hasta que hay otro “accidente”, en ese momento vuelve a aparecer para tratar de realizar un rescate. Suele ir acompañado de recriminaciones “ya te lo dije” “si me hubieras hecho caso”, “la semana pasada te dije mil veces que tenías que hacer eso”.
Aunque tal vez a alguien le pueda parecer un control externo útil, habitualmente acaba fracasando y deja de ser aceptado por la persona con TDAH, ya que presta ayuda sólo en momentos puntuales cuando la situación es muy complicada y acaba utilizando reproches. Peca de no motivar o de no reforzar en los momentos que se lo merecen los logros o las conductas de las personas con TDAH.
Control externo Tren: Es un tipo de control externo opuesto al helicóptero, al igual que las vías de tren impiden en todo momento que la persona con TDAH se desvíe del camino marcado, es un control externo que continuamente está recordando lo que hay que hacer. Es bastante invasivo y hace que la persona con TDAH se descanse y tienda a despreocuparse de sus responsabilidades, ya que su control externo estará pendiente de recordar en todo momento lo que debe hacer.
Puede llegar un momento en el que este control externo acabe siendo rechazado por ser demasiado invasivo y reiterativo.
Control externo Faro: El control externo más efectivo, funciona igual que los faros con los barcos, de manera periódica emite una luz para avisar de que un escollo (tarea, fecha importante, trabajo) está próximo a llegar, al cabo de cierto tiempo vuelve a hacer el mismo aviso hasta que se asegura de que esa instrucción está comprendida.
Este tipo de control externo puede ir distanciándose poco a poco si ve que la persona con TDAH va funcionando y de ese modo se le va dando más autonomía para que esa persona se gestione y se organice por si misma.
Hasta aquí este primer post sobre control externo y su importancia en personas con TDAH, próximamente trucos y técnicas para ser un buen control externo tipo faro